jueves, 3 de diciembre de 2009

HOY PROPONGO


Hoy propongo contar verdades
conciliar sueños `imposibles´,
denudar colmillos y sables
sobre el aura del día venidero,
escuchar el susurro de los mares
cantándome historias de pueblos dignos
que buscan en su oleaje
el sabor pleno de la libertad.
Denunciar lo denunciable,
no escatimar en versos si de justicia se trata,
buscar horizontes maleables
donde olvidar los números, las leyes
y los folios manchados de lógica contable.
Escribir escribir y escribir,
usar la palabra con tesón impertublable
contra muros y sombras,
contra el verdugo implacable
que muerde de codicia
los centros vivos de nuestra sangre.
Escuchame poeta,
no te detengas, no te pares,
que tus Versos son la clara,
bellísima mañana de puñales
-como claveles afilados-
dando muerte al tirano miserable.

Juan Antonio González Molina

4 comentarios:

  1. Un poema digno de aplusos de pie mientras vos lo recitás de fondo con un bandoneón sonando a lo lejos.
    Una verdadera belleza.
    Me voy muy contenta.

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  2. Hola Juan , bella obra , soy seguidora de tu blog, me encanto pasar por tu espacio y leer tu blog .

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  3. Hola Juan Antonio, llevas razón, me gusta tu blog. Me gusta tu forma de escribir, tu manera de expresar tu sentir y me siento muy identificada con tus palabras; creo que me encontrarás más veces por aqui, me siento como en casa. Espero, también, seguir contando contigo en Givés, que como ya sabes, es el nombre de mi blog.

    Me gustaría darte las gracias por tu comentario al "Soneto de la Noche de las Hienas" y me alegro de que te gustara. Finalmente, decirte que puedes publicarlo en www.vientosdelpueblo.tk, como me pediste.

    Pd.: siento la tardanza de este comentario.

    Un abrazo.

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  4. Escribir, escribir, escribir..contra el verdugo implacable
    que muerde de codicia
    los centros vivos de nuestra sangre.

    Un abrazo.

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NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.