viernes, 11 de diciembre de 2009

UN NOBEL DE LA PAZ QUE DEFIENDE LA GUERRA


Ayer, 10 de diciembre de 2009, día mundial de los derechos humanos, Barack Obama recibía el premio Nobel de la Paz. Curiosamente, en su discurso de agradecimiento, hacía un alegato de defensa de la “guerra justa”. Son las contradicciones de las que se alimenta el sitema imperante. Obama declaraba de manera literal que la guerra, “es justa si cumple ciertas condiciones: que sea de último recurso o en defensa propia; si la fuerza usada es proporcional y si, siempre que sea posible, se libra a los civiles de la violencia.” Los precedentes del premio en cuestión ayudan a entender mejor la elección de Obama como Nobel de la Paz en 2009. Obviando el no poco significativo hecho de que el nombre del premio lo ponga el señor que descubrió la dinamita, me detendré en dos nombres que pueden aclarar bastante lo que significa este “preciado galardón.
Mohandas Karamchand Gandhi, un hombre que rechazaba la lucha armada y predicaba la no violencia como medio para resistir al dominio británico en la India. Un hombre que instaurando nuevos métodos de lucha pacifista como huelgas, protestas silenciosas o huelgas de hambre, puso en jaque al poderoso imperio británico y fue clave en la consecución de la independencia del pueblo Hindú. Un hombre, que para el jurado de los afamados premios noruegos, no mereció ser galardonado con el mismo.
Sin embargo, si que lo fue un hombre al que Gore Vidal definío con razón como “el mayor criminal de guerra que anda suelto por el mundo”, Henry Kissinger. El señor Kissinger, nobel de la paz en 1973, fue el cerebro de lo que se dio en llamar Operación Cóndor, un plan general de eliminación de opositores destinado a combatir el comunismo en América Latina. Bien conocida es su participación activa en la preparación del golpe de estado de Pinochet en Chile, su apoyó a la junta militar argentina que tomó el poder por la fuerza en 1976, y a la que estimuló para organizar la brutal política de eliminación y “desaparción” sistemática de opositores al régimen que recibió el denigrante nombre de “Proceso de reorganización Nacional”. Se implicó directamente en los bombardeos de Vietnam, Laos y Camboya, y fue el bastión occidental del general indonesio Suharto, que perpetró un atroz genocio sobre la población civil de Timor Oriental.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, no es de extrañar que un señor que acaba de ordenar el envío de un mayor contingente militar a Afganistán, reciba el premio Nobel de La Paz.
La Paz que aquí se premia es la Paz impuesta por la fuerza, la Paz destinada a mantener el orden político, económico y social imperante. Un orden mundial que necesita de su “Paz armada” para mantener salvaguardados los intereses de las grandes empresas multinacionales y los grandes hombres de negocios que son los verdaderos adalides del sistema. Una paz que cuesta al mundo la muerte de 24.000 personas al día según estimaciones de la O.N.U., que tiene a poblaciones enteras sumidas en la miseria, que obliga a los trabajadores de medio mundo a trabajar en unas condiciones infrahumanas para que los consumidores del primer mundo atesoren unas condiciones de vida medianamente aceptables. Una paz que supone que el 20 % de la población mundial acapare el 80 % de la riqueza. Una paz que hace que los continentes más ricos del mundo en recursos naturales, África y América Latina, sean explotados por occidente y condenados a ser los principales focos de miseria del planeta. Una paz que difunde valores como la “competencia”, la “propiedad privada”, las “capacidades individuales”, “el esfuerzo personal” o “la imagen”, como únicas fuentes para alcanzar el éxito. Una paz que no otorga las mismas posibilidades a todos los ciudadanos, una paz que defiende las diferencias sociales y económicas para favorecer los intereses de aquellos que la imponen.
La “Paz”, concepto secuestrado y mal usado por el neoliberalismo que nos gobierna, no debe limitarse a la ausencia de conflictos bélicos. A diario, se usa la violencia contra la población civil y trabajadora de mil maneras posibles. Los despidos, la explotación laboral, la miseria, el hambre, los privilegios de unas culturas sobre otras, el no tener acceso a los derechos básicos como la sanidad, la vivienda, el trabajo o la educación, son, entre otras muchas que nombrar aquí sería imposible, formas de violencia distintas de la guerra armada. La paz significa no solo desarme, sino igualdad social y política, significa respeto por los derechos humanos, por las divergencias culturales del mundo, y por el medio ambiente. Significa un reparto justo, colectivo e igualitario de la riqueza, y para alcanzarlo, ha de existir un sistema que garantice estas necesidades básicas e inalienables del ser humano. Evidentemente, el capitalismo, no es tal sistema.
Viñeta del diario Público. http://www.publico.es/

9 comentarios:

  1. Querido llego hasta tu blog para darte una mala noticia, por motivos que explico en mi blog, me marcho de la blogosfera.
    Besos y siento que no hayamos tenido tiempo para conocernos.

    ResponderEliminar
  2. es indigante por asi decirlo, pero no es la primera vez que pasa, ya antes los nobel se han mandado diferentes tipos de burradas, a tal punto que hoy en día estan desprestigiados, la verdad es no entender en que se basan para dar sus premios o nominados, teniendo en cuenta que?, su pasado?, sus obras mas famosas?, lo que dicen que van a hacer?... no, yo sigo sin entenderlo, debe ser porque no soy ni cientifica, ni intelectual ni nada...
    por eso es que no entiendo las injusticias con las que obran los grandes grupos, porque por mas que sea un premio sueco, no deja de ser un grupo empresario... en fin ojla lleguen a evaluar un nobes de la paz para los que verdaderamente obran en nombre de la paz, pero se que dificilmente eso sea algun dia

    ResponderEliminar
  3. La Paz está perdiendo su significado y es horrible.
    Yo nunca entendí por qué a Gandhi no le dieron el premio. Y creo que seguiré sin entenderlo toda mi vida.

    ResponderEliminar
  4. MIentras miraba la pantalla y lo veía a él ("qué hace ahí????" no dejaba de murmurar) con toda su sobervia y su altanería hablar se me iba haciendo un nudo en la garganta. Hasta que pronunció las palabras mágicas, las esperables, y las lágrimas de bronca e impotencia rodaron por mis mejillas. Que alguien me explique porqué tenemos que soportar esta ironía. Porqué todo está comprado o es comprable. Porqué el poder tiene forma de arma. Porqué nos siguen mintiendo así. Porqué permitimos que nos mientan. POrqué no damos vuelta de una vez por todas a este mundo podrido. POrqué, porqué, porqué.
    En cuanto a la idea de paz que expresás, es la que hice mía desde que empecé a tener consciencia del mundo. Violencia no es sólo un arma. Violencia y maltrato es un a persona con hambre. Violencia es una persona que sufre discriminación. Violencia es un pueblo disconforme y oprimido. Violencia es todo lo que vemos a diario. Y que ya no podemos seguir soportando.
    Muy interesante tu entrada Juan.
    MUchos cariños!

    ResponderEliminar
  5. veo que hoy hemos coincidido con la entrada

    no puedo estar más de acuerdo:)

    un saludo!

    ResponderEliminar
  6. Completamente de acuerdo con lo que escribes.
    Es indignante que este hombre reciba tal galardón, qué ha hecho este hombre en pro de la paz?
    Ghandi, la Madre Teresa de Calcuta y Luther King deben estar removiendo la tierra.
    Es injusto!!

    Gracias por pasarte por mi blog
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Implecables tus palabras... Estoy totalmente de acuerdo con ellas, es decir, contigo...

    Gracias por entrar en la guarida del león...

    Este rincón en la blogosfera es muy interesante... VOLVERÉ.

    Saludos Revolucionarios.
    Juan Manuel.

    ResponderEliminar
  8. juan es de madrugada y ando de visita, por los blog,en este caso agradezco la esperanza, que pones en cada letra,impresion, o deseo...sabes soy una vieja militante d que? de la nada?...pues asi cierra todo, en una catarata interminable, de negocios y mentiras,que bajan todo el tiempo, en forma invisible,des el pe hasta el programita de radio o tev, que en cada programa, alaga la supremacia del mas turro,,,
    personalmente, no tengo mas utopias, se fueron y dejaron un caos que no terminara nunca...la madre patria eeuu, dirige los negocios, aca, alla, mas alla, es un pulpo desesperante, que esta acompañado de un pueblo bastante ignorante dl todo, es decir poco saben o piensan en el patioo
    trasero, que es america latina y mucho menos les importa...hay palabras recitadas:paz,lucha,basta de guerra,hambre...y asi asi, se van diluyendo los temas mas acuciantes, y percibo en la gente muy joven, una derechizacion muy importante, y o un odio dialectico, que solo conduce a la division...es una lastima!!!!enorme!!!!!
    gracias por como escribis y gracias por pasar por mi blog...las puertas estan abiertas!
    un abrazo
    lidia-la escriba
    www.deloquenosehabla.blogspot.com

    ResponderEliminar

NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.