martes, 8 de diciembre de 2009

EL PAPEL DE LOS MEDIOS EN EL CASO HAIDAR

Ya son 23 los día que Aminetu Haidar lleva en Huelga de hambre en la terminal del aeropuerto español de Lanzarote. Desde que iniciara la protesta, los medios de comunicación de este Pais han tratado la noticia de un modo partidista. Obviando aquellos que ni mencionan el asunto, o apenas le dedican un par de lineas, el resto, se ha dedicado a sostener las tesis gubernamentales españolas. Se omite el hecho inicial que da lugar a lo que ahora está sucediendo. Una persona, Aminetu Haidar, a la que ilegalmente, repito: Ilegalmente, se le retira el pasaporte y se le introduce por la fuerza y contra su voluntad en un avión destino a España. Partiendo de que este hecho viola todos los códigos legales y éticos habidos y por haber, y que además atenta directamente contra los más elementales derechos de las personas, cabría esperar que se condenara y se presionara politica y mediáticamente a aquellos que han cometido tal ilegalidad. Todo esto que resulta razonable y meridianamente lógico, parece no serlo en absoluto para los periódicos o noticiarios del Pais, que se han dedicado a seguirle descaradamente el juego a un gobierno español que permitió primero que tal acto de flagrante violación de los derechos humanos se consumara en su suelo, y que después, no ha parado de presionar de todas las maneras posibles a la victima del caso en vez de presionar al verdugo, Marruecos.
Para el gobierno español prevalecen los intereses políticos y económicos sobre la vida de una persona que tiene además la razón de su parte. Las minas de fosfatos del Sahara Occidental, el banco pesquero saharaui, la labor de “tapón” para la inmigración que realiza Marruecos respecto de la Unión Europea, los negocios petrolíferos de los americanos en suelo del Magreb y otros muchos intereses comerciales son lo suficientemente importantes como para que se permita a Marruecos perpetrar el “secuestro” de Haidar, saltarse a la torera todas y cada una de las múltiples resoluciones de la O.N.U. respecto al derecho de los Saharauis a su autodeterminación, o para ocultar y permitir que un régimen sanguinario como el de Mohamed VI tenga las manos libres para desarrollar una brutal política represiva contra cualquier atisbo de disidencia o crítica que aflore en el interior de sus fronteras. Amén por supuesto, de ocultar que el régimen tiene al pueblo marroquí sumido en la más absolutas de las miserias.
El caso Haidar, es un fiel reflejo de cómo los medios están al servicio del Capital. Los intereses empresariales y políticos que Occidente posee en suelo marroquí bien valen olvidarse de conceptos como “justicia”, “dignidad” o “Derechos humanos” e intoxicar a la opinión pública tratando de vender que Aminetu es una fundamentalista que ha rechazado todo lo que el gobierno español le ha ofrecido. Esto es, convertir a la victima en culpable en un ejercicio de inmoralidad de vastas dimensiones. Aminatu Haidar no ha provocado la lamentable situación que estamos viviendo. Los responsables de la misma son Marruecos y España, y son sus respectivos gobiernos los que han de solucionar el asunto devolviendo a Haidar a su casa. Los periódicos, las radios o las televisiones han de exigir responsabilidades a quien las tiene. Si Aminetu Haidar fallece en el aeropuerto de Lanzarote las manos y el alma de los directores, redactores y periodistas de todos los medios de comunicación que no se han hecho eco de la realidad de lo sucedido, también estarán manchados con la sangre roja y justa de Aminetu.

Juan Antonio González Molina

5 comentarios:

  1. los medios ESTÁN al servicio del capital. aqui en argentina los monopolios echaron a todos los periodista "viejos", esos que formaron opinion y hicieron muchos de los diarios nacionales, para contratar jóvenes temporarios y así evitar cargas sociales y demás derechos. abrazos navideños para ti.

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  2. Es interesante el planteo. El papel de los medios en las sociedades democráticas (formación de la opinión pública, control de las autoridades) se ha visto, desde hace ya un tiempo, tergiversado y superado por la vocación empresaria y dominante de quienes son sus dueños. El derecho de prensa es, cada vez más asiduamente, derecho de empresa.

    En fin, para no extenderme más, te felicito por tu blog y te envío un fuerte abrazo.

    Kutxi.

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  3. gran texto
    da gusto ver que alguien habla de verdad

    lindo blog

    paz y fuerza

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  4. Ya lo decía el GRAN kapuscinksi :“Para el gran público, la información es sólo el resultado de la competencia, de la lucha entre los medios de comunicación”. Y así siguen las cosas...

    ¿Por cierto y los secuestrados en Mauritania?...¿en que mundo vivimos?

    un saludo.

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  5. Gracias por contar con tanta claridad el triste manejo de la información del que somos víctimas. Acá en el sur del mundo "curiosamente" ocurre exactamente lo mismo.

    Gran blog!

    Saludos

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NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.