viernes, 13 de noviembre de 2009

A LA CALLE

“Transformar la catástrofe
en subversión”,
hacer de la participación
un supuesto imprescindible;
Demoler, destruir, desbrozar
a dentelladas
el esqueleto de la Bestia.
Tomar de la calle el poder de la osadía,
reverdecer antiguos laureles
enmohecidos por el tiempo,
desempolvar las rebeldes consignas
de aquel Mayo indestructible.

Ahora compañeros
que anda herido el enemigo,
Ahora,
recojamos las semillas
de los que ya se han ido,
unamos las manos
y los corazones,
alcemos los puños,
levemos las conciencias,
bebamos a tragos largos
el ardor desesperado
del que ya nada espera.

Ahora compañeros,
ahora es el momento...
a la calle
a la calle
a la calle!!!


Juan Antonio González Molina

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NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.