miércoles, 29 de septiembre de 2010

HUELGA

Quiero una huelga donde vayamos todos.
Una huelga de brazos, piernas, de cabellos,
una huelga naciendo en cada cuerpo.

Quiero una huelga
de obreros de palomas
de choferes de flores
de técnicos de niños
de médicos de mujeres.

Quiero una huelga grande,
que hasta el amor alcance.
Una huelga donde todo se detenga,
el reloj las fábricas
el plantel los colegios
el bus los hospitales
la carretera los puertos.

Una huelga de ojos, de manos y de besos.
Una huelga donde respirar no sea permitido,
una huelga donde nazca el silencio
para oír los pasos del tirano que se marcha.

Gioconda Belli

miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA INSISTENCIA DEL RECUERDO


Para siempre tu mirada
fija tras el cristal,
para siempre aquel poema de otoño,
aquella voz lastimosa
que decía que me amaba,
aquel beso junto a las barquillas
de sal y maravillas,
con el mar como telón de fondo;

para siempre aquel miedo,
el temblor de la vez primera,
la carne de gallina
anunciando un instante fugaz
pero inolvidable.

Para siempre la pureza de un alma
abriéndose como una rosa,
el milagro de la carne,
el hechizo de nuestros labios
consumiéndose de deseo,
la noche estrellada,
los astros asomándose a tu vientre
joven e inmaduro;

la luna protegiéndonos
de un destino fatal
que por entonces aun no había llegado.

Para siempre el momento que pasó,
que fue,
que ya no es ni existe
pero que desde entonces
acompaña mi torpe caminar por este mundo.

Juan Antonio González Molina
(Imagen: óleo de Paco Pomet: http://pacopomet.wordpress.com/2008/12/16/2008/)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

QUE IMPORTA POETA

(A Federico...)



Poco importa la grava
bajo la que reposen tus huesos
si tus versos florecen de rosas blancas
en las esquinas del Albaicín de Granada,
si estás presente en la huerta San Vicente
tarareando una canción olvidada,

te has hecho eterno poeta
entre la sombra y la luz
con tu palabra
entre la marea y la quietud
silbando como una bala envenenada.

Que importa el lugar
o las exactas coordenadas
si tu voz vibra gallarda
por encima de las murallas
de tu Alhambra,
si toda la ciudad al alba
despierta recitando abierta
tu ‘Gacela de raíz amarga’:

Duele en la planta del pie,
el interior de la cara
y duele en el tronco fresco
de noche recién cortada.

¡Amor! Enemigo mío
¡muerde tu raíz amarga!

Importa bien poco o nada
que no hallen ni encuentren tu cuerpo
si tu alma resuena y canta
sobre la luna mora
que baja mortal a la fragua,
si montas valiente
al caballo en la montaña,

que más da poeta de la vida
que no estés en la tierra
si cabalgas sobre las alas del viento,
si tu calle, tu gente y tu pueblo
han hecho suya tu balada,

si tu muchacha dorada
-al bañarse-
sigue dorando el agua,
si los negros cuervos
que cercenaron tu garganta
se mueren de vergüenza
ante la desvergüenza canalla
de su hazaña cobarde
de cuneta y maldición.

No quise.
No quise decirte nada,
pero el eco limpio de tus pasos,
la indeleble huella de tu marcha,
ha llenado del mundo los ojos
de brisa, de risa y de Oro.


Juan Antonio González
NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.