domingo, 24 de abril de 2016

TARDE NECESITADA



Dame solo un beso,
un golpe de cadera
con el que seguir tirando,
un lunar canalla al que asirme...
















(Óleo de María Soledad Quiroga)

viernes, 15 de abril de 2016

URGENTE... UN BESO
















Cuando un beso
se hace urgencia
y Universo,
cuando duelen las miradas
de tanto beso imaginado,
cuando un beso
-por mil veces esperado-
violenta por impostergable
las fauces abiertas del horizonte.

Un beso canalla
que siembre de anhelos
las esquinas ciegas
por donde tus labios
no suelen rondar,

un beso libre,
sin ataduras ni recuerdos
a los que jurar fidelidad alguna,

un beso prohibido
que acumule en su clandestinidad
las "verdades-primavera"
del mismísimo centro del mundo,

un beso violento y certero
que desbarate definitivamente
las costuras de mi alma,

un beso eterno
que viaje del abismo
a la utopía,
que calcine sin piedad
ni desconsuelo
los portales del pasado
sobre el altar fulgente
de tus ojos de cobre.


Juan Antonio González
NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.