para quedarte en mis entrañas
como ayer,
como siempre,
te cuelgas del viento
que imparable desarbola
los pliegues cansados de mi alma,
Y te cuelas constante
en esa mirada inocente
que descubre los ribetes del mundo
por vez primera,
que sueña y bosteza,
que de milagro milagrea
de a diario
para traerte de vuelta,
para llevarte orgullosa
en su sonrisa
Ancha como el universo,
con los astros por mejillas,
con la sangre tuya
cabalgando rebelde por sus venas,
con tu irremediable constancia
enfajinada en su diminuta cintura
de utopías universales.
Y es que sin saberlo
se parece tanto a ti,
Chiquita pero grande,
acurrucada valiente
en el contorno de tu ejemplo,
con tu perseverante presencia
fijada en su mirada
¿Cómo no perderme en ella?
¿cómo no quedarme en ella?
cómo no quererte en ella
si te lleva eterno en su insolencia
para regalarle al mundo
tu legado luminoso
de humanidad sincera
y libertades compartidas.

A mi padre siempre...
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