martes, 2 de febrero de 2010

TRABAJEMOS


Trabajemos porque ese día
no sea un solo día
sino una vida entera,
un suspiro en el que perdernos para siempre.
Alcemos la mirada,
cantemos la precisa balada
del que sabe que no se está equivocando.
Entonemos trece veces los versos,
las rosas enjauladas
como sinónimo de ejemplo ejemplarizante.
Busquemos la sonrisa
sin más pretexto ni excusas
que la felicidad de nuestros hijos,
construyamos un horizonte abierto
donde estemos todos,
donde quepamos los rojos
los amarillos y los azules.
Dejemos de lado a los verdes:
magnates de la codicia,
fabricantes en serie
de la pesadilla humana,
fraguadores voraces del vacío
al que nos han tenido sometidos
por los siglos de los siglos.
Reduzcámoslos pues a la nada,
si acaso al recuerdo,
lejano eco de agua pasada,
figurantes de museo
para que no olvidemos nunca
lo que fuimos,
lo que no debemos volver a ser.
Y levemos entonces el ancla,
partamos todos juntos
hacia la Isla de las Utopías,
demos salida al sueño prometido
de las aceras coloridas,
de los espacios-pueblo
de lunáticas capacidades.
Abramos los corazones al mundo cierto
donde todos le demos sentido
al devenir aletargado de los tiempos,
al descompasado tic-tac del pasar humano,
a los llantos que fueron
para que mañana, todos podamos ser;
a los besos que nos pusieron
el pan sobre la mesa
y el fuego en el alma,
al abrazo fresco
que calmó mil veces
nuestros deseos ocultos de rabia,
al amor puro y sincero
que nos tragamos de a ratos
desde el vientre mismo de la tierra.

Juan Antonio González Molina
(Pintura de Graciella Bello:
http://gracielabello-art.blogspot.com)

11 comentarios:

  1. Me encanta, yo digo que intentan hacernos creer que las utopías son imposibles, y no lo son todo se puede realizar.

    Besos y amor
    je

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  2. Me anoto para ir a la isla!
    Es precioso este poema, es un llanto o quizás un grito, es preguntarnos qué nos están haciendo, qué nos estamos dejando hacer y, por último, si pretendemos seguir bailando con ese ritmo.
    Juan, compartimos utopías. Así que, como vos decís Abramos los corazones al mundo cierto
    donde todos le demos sentido
    al devenir aletargado de los tiempos
    ...
    Cariños!!

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  3. He leído tu poema y de verdad está en sintonía con mi pintura, hasta en los colores!!! No hay problemas en que subas ésta u otra para algún otro bello texto. Lo único que pido a cambio, es colocar junto a mi nombre, el link a mi blog:
    http://gracielabello-art.blogspot.com
    Tal vez más adelante, yo me lleve alguno de tus poemas, lo pongo con tu nombre y el enlace a tu blog y lo ilustro con alguna de mis pinturas: trueque de fantasías, te parece bien?
    Cariños desde Buenos Aires!

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  4. Muy bonita poesía. Soñemos, tengamos esperanaza, para que todo lo bueno sea posible. Ojalá.
    Un abrazo.

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  5. Me uno a ir a la Isla de la Utopía donde suene una música de fondo para tu bello poema.
    Un abrazo

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  6. Qué ritmo y qué entrega, es un auténtico placer leer este, tu juego de malabares literarias , enhorabuena.

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  7. "Trabajemos porque ese día
    no sea un solo día
    sino una vida entera,
    un suspiro en el que perdernos para siempre..."

    Es ahi donde deberíamos perdernos y no en el laberinto en el que nos suelen perder aquéllos a los que les interesa.

    Quiero remangarme y unirme a ese trabajo y hacer ese viaje a la Isla de las Utopías, para no volver jamás al mundo de las mentiras.

    Para ello ofrezco mis manos, mi corazón y mi imaginación.

    Hermoso poema, lleno de sentimiento, que contagia fuerza y esperanza.

    Un abrazo, Juan Antonio, y gracias.

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  8. Hola! gracias por tu visita, la utopias son siempre necesarias, porque son el camino que recorremos, que nos hace aprender, sentir, nunca se consiguen, pero nos hacen andar

    Saludos!

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  9. Vengo a saludarte y agradecerte comentario.
    Besos y amor
    je

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NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.