martes, 9 de febrero de 2010

EL PODER DE LA POESÍA



Ayer soñé que al despertar buscaba el mar y no estaba. La playa era una ciénaga de aguas turbias y malolientes. Soñé que no había cielos sobre mi alma, que todo era un decorado cutre y zarrapastroso donde las estrellas eran bombillas de bajo consumo. No había caminos que recorrer, no había manos a las que asirse, y las flores, eran espinos violentos de esos que tienen púas largas de veneno como espadas, de esos, que si llegan a herirte, dejan una marca indeleble en las entrañas. Y soñé que no estabas tú. La soledad campaba a sus anchas sometiendo todas las esquinas a su impúdica dictadura del silencio. Las plazas, todas, se encontraban rodeadas de muros grises en los que los insectos de la muerte ponían sus huevos negros. Todo olía a podrido, a viejo, a lamento y sudor de callejón. Ayer soñé con un mundo incapaz de sobrevivirse a si mismo, un mundo de tenaces afrentas que sufrir encadenado a la desidia, un mundo que había estallado en tristeza consumido por sus propios miedos y por la codicia de sus hijos.
Hoy, tras soñar angustias, soñé que soñaba de nuevo, y al soñar que seguía soñando, ese mundo futuro y gris que agotaba mis pupilas, se vistió de colores imposibles cuando a pleno pulmón, encaramado sobre una ola, le canté con desesperación y al oído este poema:

Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!


Juan Antonio González Molina
(Los versos milagrosos son de Don Rafael Alberti, de su Marinero en tierra)
Pintura de Rafael Martínez

14 comentarios:

  1. Qué bonito poema nos has traído de Alberti, y qué oportuno para paliar los malos sueños.
    Un abrazo.

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  2. Querido Juan. Seus poemas são tão lindos, mais, às vezes, mostram tanta desilusão.
    Quem sou eu pra falar... agora mesmo, só postei desilusões. Não de minha autoria, mas de minha escolha. Os poemas que coloco em meus Blogs são ,geralmente, sobre amor e paixão.
    Lindo Poema amado.

    Beijo com ternura

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  3. Juan, lo último que silenciará el apocalípsis será la palabra. Y esa palabra será parte de una poesía. Un gran abrazo.

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  4. Sueños soñados dentro de viejos nuevos sueños.. Que belleza... Sin esa introducción que hacés nada sería lo mismo.
    Cariños!

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  5. que la mar siga ritmando tus versos...y llenando de espumas tus primaveras. Fita

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  6. Qué es un sueño más que un arma cargada de poesía. Poderosa, como la mar.
    Un abrazo Juan.

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  7. Podríamos analizar el sueño, o mejor, sentirlo como un poema.
    Creo que el poema es la mejor opción...
    Beso.

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  8. Ayer soñé con un mundo incapaz de sobrevivirse a si mismo.Lo he soñado tantas veces...


    Un besazo Juan:)

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  9. Hermosísima entrada!!!!

    Un fuerte abrazo.

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  10. Hola amigo , Rafael Alberti , un enamorado del mar , la mar , precioso poema , te felicito por esta entrada.
    Un placer visitar tu blog y dejar mi huella bloguera en el ,nos seguimos leyendo y visitando amigo Juan Antonio .
    Un abrazo de MA desde Granada

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  11. Sugerente relato,de los que dejan a uno entre el desconcierto,el desencanto y la desolación.Precioso poema de Alberti.Buen post,adelante Juan Antonio.Me alegro de pasarme por aqui.Hasta la próxima.

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  12. No hay nada mejor que cantar un poema para convertir una pesadilla en un hermoso sueño. Y más si son versos de Alberti (o de Lorca), que, por cierto, paisano mio que es y como él, yo también estoy enamora del mar.

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  13. Me ha encantando has convertido lo feo en algo tan bonito!

    Simplemente genial.

    Besos infinitos!

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  14. Gracias por su visita y comentario
    ¿Qué hace usted

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NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.