
¡Que se abran los cielos
y se descuelguen las estrella!
Se presentó mi nena,
la nena de las flores,
la niña “Violeta”
que late al galope
y marca discreta
los ritmos bravos
de la Marea.
No surgió de una costilla
Ni es carne de Leyendas,
Mi niña “Violeta” lleva
La marca de un amor de primavera,
en su frente diminuta
portará -mordaz y altanera-
de abril toditos los colores
en su fina lluvia plena,
las tardes frente al mar,
los pies hundidos en la arena,
las candelas de San Juan
y los milagros de luz carnavalera.
Antes si quiera de ser presente
la niña “Violeta” suena
al hermoso rumor de Libertad
que su abuelo paseo por esta Tierra,
suena, suena y resuena
a puños en alto, a pueblo,
a mujeres valientes por abuelas,
a las calles del revés,
a protestas y Huelgas,
a esos ojos tan Atlánticos
que al mirar, me condenan.
Y es que mi niña,
estando sin estar,
Tan callada
Tan chiquita
Tan de plata
Tan “Poesía”
ya sueña, como vive su padre,
con ser viento puro de Utopías.
Juan Antonio González Molina