lunes, 26 de julio de 2010

Que NO me Rindo, Poeta

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
(Mario Benedetti)




Pongo las manos
sobre la tierra callada,
como ayer,
como siempre,
donde yacen los compañeros muertos,
donde orillan las semillas
del rubor de los niños nuevos.

Pongo los ojos
sobre la blanca vela
que sigue rasgando el horizonte,
donde las golondrinas negras
blancas y otra vez negras
se confunden con las estrellas.

Pongo mi carne y mi piel,
mis ganas, mi todo,
mi alma en el empeño
de ser aquel sueño
que una vez fuimos,

La luna sobre el estanque
pudorosamente quieta,
muda,
solemnemente hermosa,
canta su nana de la alegría,
los pasos se abren
las puertas vuelan
y los puentes retornan
como brazos de espuma
juntando continentes,

la luna reposa sobre el estanque
y en el corazón del mundo,
la voz del poeta
resuena gallarda y arde.

Que no, Poeta,
que no me rindo,
que pongo mi vida
en cada verso que firmo,
que voy soñando espacios,
mil rumbos distintos
en cada golpe que encajo,
abro a capotazos mi camino,
que no, Poeta,
que no me rindo,
que sigo en la arena
con la magna fuerza
de los bravos perdedores
que miran de frente a la muerte,
que no, Poeta,
que no me rindo,
que mis pies siguen
-cansados pero firmes-
haciendo mella en el rigor de mi destino.

Juan Antonio González Molina
(Pintura "La Resistencia", de María Fernanda Vega)

9 comentarios:

  1. Ufff... no es que una se rinda, sino que de vez en cuando la sobrevuelan fantasmas...
    "Pero sucede también que sin saber como ni cuando algo te eriza la piel y te rescata del naufragio..."
    (kandi, te suena, eh?)

    Un abrazo a mis tres mosqueteros!
    (muy bonito poeta.. como siempre)

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  2. Esa primera estrofa de Mario Benedetti me ha acompañado durante mucho tiempo. "no te rindas" como pauta, guia y autoconvencimiento en momentos en los que, una, cree perderse. Pero no, siempre estamos a tiempo de retomar el vuelo, empezar de nuevo.

    Muchas gracias por pasarte, yo también lo haré.
    (:

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  3. Me suena muchísimo Ana, si hace un concierto en Sevilla o cercanías, tenemos que ir y recordar viejos tiempos, eh?
    Juani, precioso el poema y muchas gracias por las palabras de ánimo. Yo os quiero recomendar un libro que ha sido mi libro de cabecera este año y creo que todo profesor debe leer y vosotros ahora mismo sois profesores, al menos para mi, aunque la junta o este sistema diga otra cosa. El libro se llama "Mal de escuela" de Daniel Pennac.

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  4. Me encanta tu respuesta a esa estrofa de Benedetti. Volví aquí y encontré tantos tesoros -tu poema, la pintura, y el poema de Miguel Hernández que has puesto en el lado es uno de mis favoritos -le descubrí hace cinco años, cuando estaba en España. Un beso

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  5. JUan Antonio, tu fuerza y tu humanidad me conmueven, construyes en la lucha un poema de esperanza.

    !No te rindas nunca!

    Mi abrazo fraterno.

    Rosario

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  6. Ni las aspas del más monstruoso molino podrán derribarte, ¡derribarnos!, jamás, porque nuestros sueños son mucho más poderosos, porque, como diría Santiago, el protagonista de "El Alquimista", cuando uno desea algo con mucha fuerza, el universo conspira para que ese deseo se haga realidad.

    Y cuando sientas que flaquean tus fuerzas, apóyate en mi hombro y te ayudaré a caminar. Y te transmitiré toda la fuerza que necesites.

    ¡Cuenta conmigo, COMPAÑERO!
    Ya sabes donde me tienes.

    Un beso enorme.

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  7. No es mi especialidad la palabra, por eso la tomo prestada. Acompaño las obras expuestas en mi blog con un fragmento de tu maravilloso poema. Un abrazo.

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  8. Qué bello...que determinismo el de nuestro quehacer y el destino.

    ¡Cómo me alegro que hayas vuelto!

    Te beso

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  9. Gracias, por tu aliento de vida, Poeta, por lo que fuimos, somos, y seremos, y sobre todo por no arrear la bandera de la esperanza (aunque. por acá, está a media asta)
    Abrazos
    hernán

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NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.