Bien vale levantar la cabeza,
tomarse de la mano,
regar con miradas sinceras
las pupilas abiertas del amante,
cobijarse en sus brazos,
entregarse,
someterse al alma
y batallarse enteros,
a pecho descubierto,
sin mascaradas ni corazas
ni amuletos.
viernes, 1 de enero de 2010
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NANAS DE LA CEBOLLA
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
Bello poema de entrega total, de una manera abierta y sincera, como debe ser, sí Señor.
ResponderEliminarUn abrazo sincero, desenmascarado.
... Bien vale levantar cabeza, gracias por hacerme llegar hasta aquí. Me gusta como escribes, me gusta la sinceridad y valentia del pueblo cubano, me quedo y te seguiré leyendo.
ResponderEliminarBB
Las mascaras se caen si estiras de las gomas.Después ya todo está ganado.
ResponderEliminarMUA recién estrenados de un 2010.
Bien vale este poema un certero regreso al cuerpo de las palabras, un saludo compañero.
ResponderEliminarComo no, amigo! Que tengas un lindo año.
ResponderEliminarPoema de rasgos simples, Benedettianos pero "Gonzalezianos", desparramados, sinceros. Poema que conmueve y que estremece. Poema de amor o de pasión o de despojo de la cordura. Poema sin pre conceptos ni ornamentos innecesarios. El sentimiento, los sentidos, así, en estado puro, sin rebajar, sin rodeos.
ResponderEliminarMe encantó.
Cariños!
Bien vale saber que nos necesitamos
ResponderEliminarqu el cuerpo se vuelve un río que recorre las sin fronteras en un caudaloso encuentro fraterno.
Te leo, que tengas un buen año