viernes, 23 de octubre de 2009

YO NO TE TRAIGO


No te traigo "FUTUROS",
y no es que quiera
o deje de querer,
es que no puedo,
no pude nunca,
soy animal de "PRESENTES",
de momentos y vaivenes,
poeta,
payaso,
que sé yo,
el que anda viviendo
en el alambre,
el que toma el pan y corre.

Ni "Futuros" ni Oropeles,
pues nunca tuve mucho
de contante y sonante,
aunque alma,

si que me sobró siempre,
y además, ahora,
la tengo presta para vos,
enterita,
de abismo a abismo,
para que os asoméis
sin miedo ni verguenza,

veis que vista tan bonita,
desde aquí
y solo para nosotros:
EL UNIVERSO.

Y aunque nunca
-Y en esto he de aseverar: NUNCA-
vayais a tener conmigo
mucho de contante y sonante,
si que tendréis caminos,
sendas, veredas abiertas
que recorrer junto a aquel
y aquellos a los que amais.

Y aún hay más,
tampoco te traigo caprichos.
mi capricho sois vos,
todita,
de pies a cabeza
de luna a luna
de tu sonrisa a la mía.

Ni caprichos, ni mansiones.
Que mejor mansión que el mundo entero,
ya sabes:
Lisboa,
Oporto, Combarro,
una playa gallega atardeciendo,
Santiago, Gran vía,
Córdoba,
París-Mont-Martre,
o acaso una noche mágica
en el falla…
vos sabéis bien de lo que hablo.

Y valgan estos sitios
solo de mero ejemplo,
pues queda mucho
pero que mucho mundo
bajo nuestros pies.

Ya ves,
apenas si puedo darte seguridad alguna,
ni estabilidad,
nada de laureles ni de plata,
de coches caros
o casas grandes,
nada de cenas
ni bailes de vestidos largos,

En definitiva,
que apenas si puedo darte NADA.

Nada que no sea sueño,
nube grande
o estrella,
mil millones de lunas
bajo las que amarnos,
uno, dos, tres, y hasta mil
si estamos hablando de besos;
Un Café,
El cuaderno viejo
que siempre me acompaña,
un crujir de vértebras,
una mano franca
para que al tomarla
sientas que sois vos
lo único que yo deseo;
MUNDO con mayúsculas,
la lluvia fina que tanto me gusta,
el invierno en los bolsillos de mi alma;
Otoños tiernos,
primaveras con abriles de milagro
como aquella vez primera;
Sonrisas y llantos,
veranos abriendo senderos
y deshaciendo maletas;
miradas, jadeos,
una foto,
dos pasiones,
tres por cuatro, Carnaval;
Las canciones nuestras
que nunca olvidaremos,
los versos-vida de mi pluma cansada,
la playa vieja atardeciendo,
alguien que te espera
cuando sales derrotada del trabajo;
un amigo,
un abrazo,
dos te quiero...
estos versos lindos
que esta noche yo te escribo.


Juan Antonio González Molina

1 comentario:

  1. Que certeza hay en tus palabras, y es que a mi no me hacen falta ni mansiones, ni coches caros ni fortunas (ya lo sabes), quizás algún sencillo capricho. Y es porque tengo tu poesía que se convierte en voz cuando a mi me apetece.
    Porque eres hombre bueno, de palabra, comprometido, amigo, compañero, hijo, hermano y amante.
    Porque Cuba nunca hubiera sido lo mismo sin vos, porque no me imagino dar un paso por el mundo si no es de tu mano, sin tu mirada profunda, sin tu cafe y tu "diario de a bordo", con tu cuerpo a mi lado aunque tu mente no se sabe donde, quizás tramando ¡que nueva empresa!.
    Y es que nos encontramos; a ritmo de 3x4, una noche en la calle, esa calle que nos gusta "codo a codo" compañero, y no solo calle de música, sino calle de gritos, de pancartas, de gentío, de luces de colores, de frío y de estío, de hoteles, restaurantes, de pastelarias, boulangeries, gelaterias, guanábanas y papayas...
    Y es que no sabes compañero la suerte que tengo de estar a tu vera, de aprender contigo cada día algo nuevo, de descubrirme a nuevos compañeros, poetas, soldados, humanistas... seres excepcionales como VOS!

    Gracias compañero, te veo a la noche en el hogar, en tus brazos, tus besos.

    TE AMO

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NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.